El libro negro de los colores empieza: “Según Tomás, el color amarillo sabe a mostaza, pero es suave como las plumas de los pollitos.” En las páginas que siguen, se describen varios colores desde la vivencia (no desde la óptica) de Tomás. Todas las descripciones apelan a los sentidos táctil, gustativo, olfativo y auditivo (no al visual). El libro concluye así: “Todos los colores le gustan a Tomás, porque los oye, los huele, los toca y los saborea.” y la última página incluye un abecedario bilingüe, en caracteres latinos y en braille. El lector ya descubrió que Tomás tiene una discapacidad visual. Aun así, la contratapa del libro dice: “Tomás no puede ver los colores. Éstos son para él miles de sabores, olores, sonidos y emociones. Desde la oscuridad de sus ojos, Tomás nos invita a descubrir los colores sin verlos.”
Se trata de una oportunidad para videntes de acercarse a la experiencia del invidente. Un artículo de Ángel Vargas publicado en Prensafondo.com cita a la autora, Cottin, explicando que: “El objetivo es que el lector se detenga un momento y pueda imaginar cómo es ese mundo de la ceguera, cómo es que en él hay también cosas muy bellas”. Ése es el planteo.
Por lo que entendí, la publicación puede ser leída también por no videntes y que, fundamentalmente, abre un espacio de integración entre unos y otros.
Mónica Bergna produjo para Tecolote un video que recrea el libro. Lo acompaña la música de Simón Díaz y la flauta del reconocido venezolano Luis Julio Toro:
Pasen por nuestro blog a retirar un regalito.
ResponderEliminar¡Gracias EP Nª24 de Banfield! Desde Lanús nos sumamos a descubrir sus nuevos horizontes! Y los invitamos a participar en este blog con sus expereriencias en el área de artística enviando material al mail de este espacio. ¡ABRAZOTE PARA EP Nº24 DE LOMAS DE ZAMORA!
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