DÍA DEL TRABAJADOR

Monumentos evocativos al trabajador argentino

Autor: Silvia V. Sarkissian 
Licenciada en Turismo

Una manera artística de homenajearlos

El 1º de Mayo trae consigo sentimientos encontrados que muestran distintas caras según la situación que vive cada integrante de nuestro país. Una de las caras es la del regocijo de los más privilegiados de tener un trabajo digno y reconocido. Otra, es la de la desilusión que padecen muchos de los argentinos que dedican la mayor parte del día a su trabajo y reciben a cambio una remuneración poco equitativa. Y la tercera de las caras muestra la frustración que sienten los que desean emplearse y luchan contra un sistema que los excluye y les niega oportunidades laborales.

Como ocurre en otros aspectos de la vida, el arte se hace presente e interpreta las distintas caras y cuerpos de los trabajadores empleados en las distintas actividades económicas de nuestro país.

Próximos al festejo del Día del Trabajador, rendiremos homenaje a través de la mención de algunas obras, inspiradas en la figura de los trabajadores anónimos que levantaron y levantan cada día a su pueblo. 

Una de las obras artísticas que se avizora en el horizonte al recorrer la Ruta Nacional Nº3-cercana a la periferia de Comodoro Rivadavia- es elMonumento al Carrero Patagónico, en tamaño natural. Desde lejos se observa una chata, carro cuyas dos ruedas delanteras son más chicas que las dos traseras. Originalmente, este carro era tirado por bueyes, pero en la obra aparece tirado por caballos, animal utilizado en un momento posterior. Las caravanas se conocían con el nombre de tropas y, sus hombres, como troperos, comandados por un jefe -un jinete que oficiaba múltiples tareas- nombrado como “el campañista”. Estos hombres tenían encomendada la tarea de atravesar la Patagonia desde el interior hacia la costa atlántica para el transporte de lanas, cueros, frutos del país y mercancías. Estas caravanas marchaban con la primera luz del amanecer y debían refugiarse entre matorrales o bien, debajo del carro durante las noches. El ritmo de su marcha estaba condicionado por la presencia del viento patagónico y la nieve. Su ración de comida era el asado –que no siempre era posible calentarlo-, la torta frita, el mate y el café. El carrero patagónico desapareció en los años 40 y marcó la huella para la construcción de las rutas patagónicas.[1]

Viajando unos 100 km hacia el sur -entre bajas serranías, desolados acantilados y playas- se arriba a la ciudad petrolera de Caleta Olivia. En pleno centro de la misma, se encuentra “El Gorosito”, gigantesca escultura levantada como homenaje al petróleo –actividad que permitió el surgimiento de la actual ciudad- y a los trabajadores petroleros, procedentes de provincias como Catamarca, La Rioja y Salta, quienes aportaron un diversificado bagaje cultural que enriqueció a la ciudad.

Seguramente en cada rincón de nuestra Argentina se rinde homenaje -a través de monumentos y esculturas- a muchos otros trabajadores anónimos que aportan con su esfuerzo y tenacidad la posibilidad de crecimiento de las regiones, como los del algodón en el Chaco, los pescadores en la región del Litoral, los abocados al tejido de ponchos, alfombras y tapices en el Noroeste. 

Desde el turismo se ha comenzado a ofrecer recorridos temáticos a través de rutas productivas; tal es el caso de la ruta del Vino en Cuyo o bien, la ruta de la Yerba Mate en Misiones.  Esta es otra de las tantas maneras de conocer a la Argentina y a los que, día a día, la construyen.

                                                                          

Un monumento al trabajo en la city porteña

En Buenos Aires encontramos una obra dedicada íntegramente a la temática del trabajo, cuyo grupo escultórico de 14 figuras en actitud de avance representa “El esfuerzo común” y “El triunfo”. Está ubicada en la Av.Paseo Colón e Independencia, en pleno barrio de San Telmo. Fue realizada por el escultor Rogelio Yrurtia y conocida por el nombre de “Canto al Trabajo”. El conjunto de esta obra expresa alegóricamente el significado liberador del trabajo y la dignificación de la mujer en la vida del hombre como sostén, energía y esperanza en la lucha común.

FUENTE: http://www.san-pablo.com.ar